Us deixo un article de la web PSICÓLOGO ESCOLAR, que ofereix orientacions sobre la lectura:
El niño al que no le gusta leer se encuentra en un "callejón sin salida": Ha llegado a esta situación probablemente porque ha tenido problemas en la adquisición de la lectura y la única manera de que llegue a leer mejor y/o llegue a disfrutar con la lectura es leyendo. Pero no le gusta…
Para ayudar al niño a adquirir afición por la lectura hay que intentar dos cosas:
1-Que el niño lea, aunque sólo sea un poco, todos los días.
2-Que disfrute, o al menos no aumente su "fobia", con ese rato de lectura.
Para ello se proponen las siguientes orientaciones:
-Hay que dar un giro a lo que veníamos haciendo hasta ahora. Es probable que el niño haya asociado la lectura con emociones desagradables (se cansa, le corrigen continuamente, se siente incompetente, etc.). Se trata ahora de lo contrario: asociar la lectura con emociones agradables: no es una obligación, se le reconoce cada pequeño avance, no se le corrige, lo importante es que entienda lo que lee, etc.
-El material de lectura que ofrezcamos al niño debe ser divertido y/o entretenido: Ir con él a la librería o a la biblioteca a que elija él mismo los libros nos asegurará que sea un material adecuado para él. No importa que elija comics, ni que se dedique casi todo el tiempo a mirar los dibujos, porque cuando le interese regresará al texto escrito.
-Este material debe ser de nivel parecido o inferior al nivel de lectura del niño para que la lectura no le resulte demasiado dificultosa. En el primer nivel lo mejor serían libros de letra cursiva, poco texto y con abundantes ilustraciones.
-Permitirle leer en la cama antes de dormir. Ahí podemos dejarle leer lo que quiera, leerle nosotros, hacer una lectura conjunta, etc. Esta es una buena ocasión para que disfrute con la lectura, utilizando el material que prefiera.
-No hacer caso a sus comentarios negativos sobre la lectura ni tampoco entrar en discusión sobre ese tema.
-Procurar no corregir sus errores. Es preferible centrarse en las palabras o frases leídas correctamente, haciéndole ver cómo sabe leer o cómo va progresando. En ese sentido estar atento a cualquier mínima mejora para animarle.
-Si se trata de hacerle corregir algún aspecto podemos hablar de nuestra experiencia (cómo nos pasaba algo parecido y qué hicimos para mejorarlo).
-Evitar hacer comentarios negativos en casa o a familiares y amigos sobre sus dificultades cuando él esté presente. Al contrario, elogiar en esas situaciones sus avances, aunque sean mínimos.
-Dedicar todos los días, a la misma hora, un ratito a actividades de lectura. Esas actividades dependerán del nivel del niño (desde asociar palabras con imágenes colocando etiquetas a objetos de la casa, hacer puzzles de letras e imágenes o leer un pequeño cuento).
-Lo más importante de ese tiempo diario es que resulte agradable. Para ello, hay que:
-Respetar el nivel de lectura del niño sin proponerle actividades más difíciles de las que sea capaz de realizar.
-Realizar varias actividades, para que no se canse con la repetición.
-Acabar nosotros cada actividad antes de que el niño se canse y quiera acabar él.
Para ayudar al niño a adquirir afición por la lectura hay que intentar dos cosas:
1-Que el niño lea, aunque sólo sea un poco, todos los días.
2-Que disfrute, o al menos no aumente su "fobia", con ese rato de lectura.
Para ello se proponen las siguientes orientaciones:
-Hay que dar un giro a lo que veníamos haciendo hasta ahora. Es probable que el niño haya asociado la lectura con emociones desagradables (se cansa, le corrigen continuamente, se siente incompetente, etc.). Se trata ahora de lo contrario: asociar la lectura con emociones agradables: no es una obligación, se le reconoce cada pequeño avance, no se le corrige, lo importante es que entienda lo que lee, etc.
-El material de lectura que ofrezcamos al niño debe ser divertido y/o entretenido: Ir con él a la librería o a la biblioteca a que elija él mismo los libros nos asegurará que sea un material adecuado para él. No importa que elija comics, ni que se dedique casi todo el tiempo a mirar los dibujos, porque cuando le interese regresará al texto escrito.
-Este material debe ser de nivel parecido o inferior al nivel de lectura del niño para que la lectura no le resulte demasiado dificultosa. En el primer nivel lo mejor serían libros de letra cursiva, poco texto y con abundantes ilustraciones.
-Permitirle leer en la cama antes de dormir. Ahí podemos dejarle leer lo que quiera, leerle nosotros, hacer una lectura conjunta, etc. Esta es una buena ocasión para que disfrute con la lectura, utilizando el material que prefiera.
-No hacer caso a sus comentarios negativos sobre la lectura ni tampoco entrar en discusión sobre ese tema.
-Procurar no corregir sus errores. Es preferible centrarse en las palabras o frases leídas correctamente, haciéndole ver cómo sabe leer o cómo va progresando. En ese sentido estar atento a cualquier mínima mejora para animarle.
-Si se trata de hacerle corregir algún aspecto podemos hablar de nuestra experiencia (cómo nos pasaba algo parecido y qué hicimos para mejorarlo).
-Evitar hacer comentarios negativos en casa o a familiares y amigos sobre sus dificultades cuando él esté presente. Al contrario, elogiar en esas situaciones sus avances, aunque sean mínimos.
-Dedicar todos los días, a la misma hora, un ratito a actividades de lectura. Esas actividades dependerán del nivel del niño (desde asociar palabras con imágenes colocando etiquetas a objetos de la casa, hacer puzzles de letras e imágenes o leer un pequeño cuento).
-Lo más importante de ese tiempo diario es que resulte agradable. Para ello, hay que:
-Respetar el nivel de lectura del niño sin proponerle actividades más difíciles de las que sea capaz de realizar.
-Realizar varias actividades, para que no se canse con la repetición.
-Acabar nosotros cada actividad antes de que el niño se canse y quiera acabar él.
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